sábado, 12 de marzo de 2016

Trastorno de rumiación





Trastorno de rumiación

trastornos de la ingesta en la infancia y adolescencia.

La rumiación, deriva de la palabra latina ruminare, que significa “rumiar”. El equivalente en griego es mericismo, que describe el acto de regurgitación del alimento del estómago a la boca, masticando la comida de nuevo y volviéndola a tragar. Así, el trastorno se caracteriza por la regurgitación o nueva masticación voluntaria de alimentos que lleva a cabo un niño tras un periodo de funcionamiento normal (sin existencia de causa orgánica), y que cuya duración es al menos de un mes (APA, 2000) .

La conducta de rumiación puede ser voluntaria, por cuanto se observa a estos niños esforzarse vigorosamente para devolver el alimento a su boca mediante giros de cabeza, cabezazos, balanceo corporal, arqueamiento de espalda o estirado de pelo. Los niños se muestran irritables y hambrientos entre los episodios de regurgitación, puede haber pérdida de peso, o ausencia de los aumentos ponderales esperados.

La génesis y mantenimiento del trastorno de rumiación se explica a partir de dos modelos:
El modelo cognitivo-conductual, el cual considera que existe un déficit en el refuerzo social, lo que lleva al niño a la búsqueda de estimulación en sí mismo.
Desde esta perspectiva el proceso de rumiación se explica como un esfuerzo por parte del niño para recrear el proceso de alimentación, dado que la mayor fuente de gratificación del niño, aunque incompleta, ha tenido lugar por medio de la alimentación, lo que le llevaría a desarrollar este patrón de comportamiento (Linscheid, 1978). El segundo modelo es el biomédico, en el que se propone la existencia de una disfunción neuromotora o la presencia de anormalidades médicas o genéticas causantes de este problema (Linscheid, 1992). 

Evaluación



1.Ya que existe la posibilidad de algún tipo de alteración en el ámbito orgánico, la revisión y exploración médica es el punto de inicio del proceso de evaluación.

2. Si estamos ante un niño con retraso mental o trastorno generalizado del desarrollo, debemos observar si las conductas presentan la suficiente gravedad como para merecer atención clínica independiente.
3. Es necesario que en la entrevista clínica con los padres se recoja la información acerca de los aspectos relevantes del problema, entre los que cabe destacar:
-        La descripción de su estado actual y el curso que ha seguido el trastorno.
-      Otros problemas que pueda presentar el paciente, la actitud de los padres ante el niño, el ambiente familiar, la presencia de otros miembros que hayan padecido la misma perturbación y la observación es una herramienta que nos puede proporcionar información relevante en cuanto a las variables mantenedoras del trastorno.





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