martes, 11 de noviembre de 2014

Antecedentes de la conducta infantil - Consecuencias de la Conducta Infantil


                                                                     
                                                                      

   Los antecedentes de la conducta infantil

 


  Como antecedentes, nos referimos a factores de la situación inmediata que se producen antes de que el niño emita la conducta problema. Para identificar los antecedentes es útil intentar contestar a preguntas tales como.

¿En qué momentos del día ocurre la conducta problema?

     ¿Ante quién la emite?


¿Qué tipo de conflicto o situación existía inmediatamente antes?


¿Sabe el niño con toda seguridad que conseguirá lo que quiere antes de emitir la conducta problema? 


 Consecuencias de la conducta infantil


Las consecuencias se refieren a lo que ocurre inmediatamente después de que el niño emita la conducta problema. Para identificar las consecuencias podemos intentar responder a preguntas tales como:


      ¿Cómo responden los adultos a la conducta problema?
   ¿Cómo responden los otros niños?

 

Como ya hemos expuesto con anterioridad, las consecuencias que siguen o acompañan a una conducta son las que determinan la probabilidad de que esa conducta se repita en el futuro.
 En este sentido y teniendo en cuenta este principio, uno de los caminos que podemos seguir para que cambien o desaparezcan las conductas problemas de los niños consiste en la
modificación de las consecuencias que siguen o acompañan a esa o esas conductas problemas.
 La imposición de límites o consecuencias en el comportamiento infantil no significa volver a retomar las medidas educativas de tipo autoritario y tratar al niño con frases del tipo: “¡Aquí mando yo y tú tienes que someterte!”. O bien: “Nada de discutir. ¡Harás lo que yo diga!”. Poner límites significa delimitar un marco referencia que ofrezca una orientación, pero dentro de ese marco dejar la máxima libertad que sea posible y sensata. Todo aquel que impone un límite corre el riesgo de tener resistencia en los mismos.


Si los niños no pasan por la experiencia de los límites, es muy frecuente que aparezcan luego aquellos problemas de comportamiento que tanto temen los padres: su hijo pierde ilusión e interés por la vida de cada día, comienza a tiranizar a los seres de su entorno con antojos y caprichos, se comporta de una forma no respetuosa, o bien acaba por encerrarse.

Las provocaciones del niño son un grito de ayuda, un grito que podría traducirse como: Hacerme ver que me comprende. Demostradme que eres fuerte e inteligente, tanto que yo puedo sentirme seguro contigo y ya no tendré miedo nunca más.

¡Establecer límites en tus hijos, les traerá seguridad en su vida presente y futuro!

Disciplina a tu hijo mientras hay esperanza,
Proverbios 19:18 b.